Los meses de verano son sinónimo de dietas o de distintos PROGRAMAS DE REEDUCACIÓN ALIMENTARIA para combatir el exceso de peso cuando lo hay y, en cualquier caso, mantener la báscula a raya. Una tendencia que va a más porque la preocupación por seguir una DIETA SALUDABLE y no subir de peso va en aumento. De hecho los jóvenes entre 16 y 30 años aseguran que preferirían estar más delgados y un 70,6% ha intentado perder peso.
Con la llegada del buen tiempo y el inicio de la temporada de playa y piscina, nuestros clientes en Estética Victoria, buscan siempre bajar algunos kilos. Y por muy distintos motivos, las razones que nos llevan a ponernos a dieta son el equilibrio emocional, cambiar la forma de vestir, la vida en pareja y la búsqueda de empleo. Pero buena parte de esas dietas, la mayoría iniciadas por cuenta propia y sin acudir a un nutricionista, se quedan en nada.
¿Qué es el efecto rebote?
El efecto rebote es lo que sucede cuando se ha realizado una dieta muy restrictiva y desequilibrada, cuando se deja, con el paso del tiempo se vuelve a recuperar el peso perdido e incluso acabamos pesando más aún de lo que pesábamos inicialmente.
En general, aunque no solo, el efecto rebote va asociado a las dietas muy restrictivas. Nuestro cuerpo se pone en modo supervivencia, ante el ataque al que le estamos sometiendo, y eso nos hará recuperar el peso muy rápidamente.
¿Cuáles son las causas del efecto rebote?
Básicamente una alimentación restrictiva y desequilibrada que pone al organismo en peligro, lo que hace que se activen sistemas de emergencia para no morir de inanición.
¿Y en qué consiste este sistema? Primero, se ralentiza el metabolismo, para intentar aprovechar al máximo los pocos nutrientes que le llegan.
El cuerpo intenta almacenar en forma de grasas la mayor cantidad posible de alimentos, para tener reservas, se deshace del agua que tiene acumulada.
Como se ha restringido mucho la cantidad de nutrientes, tampoco hace falta tanta agua para metabolizarlos. Esto hace que perdamos peso en la báscula, lo que impulsa a los seguidores de estas dietas tan restrictivas a seguir adelante.
El músculo que tiene el cuerpo consume muchas calorías, así que el organismo también se deshace de la masa muscular. Esto implica seguir perdiendo tanto peso como volumen, lo que hace que quien sigue la dieta vea resultados y continúe el plan. Hasta que llega un momento en que o no aguanta más o ya ha conseguido el objetivo que se había marcado y lo deja y el efecto rebote se toma la revancha.
Al retomar las costumbres anteriores, todo el esfuerzo anterior no servirá para nada, y la báscula volverá de nuevo al principio, o incluso marcará algún kilo de más, porque el organismo está preparado para almacenar. Por eso es importante vivir la dieta como un proceso de cambio progresivo, acorde con los hábitos y el ritmo de vida de la persona que los adopta, para que puedan mantenerse en el tiempo.
Y además del efecto rebote, esta alimentación demasiado estricta y limitante tiene un peligro añadido, la sensación de restricción puede acabar en ansiedad y en una relación tóxica con la comida.
¿Cuánto tiempo dura el efecto rebote?
Dependerá básicamente de lo estricta, desequilibrada y larga que haya sido la dieta a la que hayamos sometido a nuestro organismo. Si ha sido corta, al menos el daño, habrá sido menor, pero si ha sido muy larga, al terminarla la persona se encuentra con un cuerpo agotado, desnutrido y con mucha ansiedad hacia ciertos alimentos, porque a veces el cuerpo nos pide lo que necesita.
Por una parte, estás orgullosa por haber perdido peso, y por otra, ansiosa por todo lo que no ha podido comer y que ya no es privativo.
Nuestro cuerpo, que está en modo ahorro e intentando guardar todo lo que puede, de pronto empieza a recibir alimento, incluso, más del que estaba acostumbrado antes de hacer la dieta, porque se come con más ansiedad y además con la idea de que nos lo merecemos, y ahora sí, empieza a guardar, y guardar. Además, como el metabolismo se ralentizó y se perdió la masa muscular que quemaba calorías, de forma muy rápida se acaba con una gran reserva de grasas otra vez.
¿Cómo evitar el efecto rebote?
Lejos de ser una simple consecuencia física, quienes sufren el temido efecto rebote también pueden ver perjudicada su salud mental; genera ansiedad, estrés y desánimo. Cuando una persona quiere bajar de peso y se ve satisfecha con el resultado que está consiguiendo su felicidad es plena, pero una vez que abandona las altas restricciones y recupera el peso perdido la sensación se torna en desesperación y llega a crear un sentimiento de fracaso por no mantener los objetivos.
Por eso, lo más sano es encontrar un hábito de vida saludable, con un déficit calórico que nos ayude a perder grasa, pero que sea realista con los objetivos y que no nos cueste seguir. Las dietas exprés no son una respuesta a largo plazo, son regímenes en los que principalmente perdemos músculo y agua al someternos a unas restricciones alimentarias altas, por lo que una vez acabemos con esta limitación de calorías, nuestro cuerpo recuperará su equilibrio con una acumulación de grasas, provocando en algunos casos que aumentemos incluso más del peso perdido.
¿Cómo salir del efecto rebote?
Lo mejor, sin duda, es no entrar en él. Y para ello nada como seguir una dieta saludable y equilibrada, que no prive al organismo de los nutrientes que necesita. Además, hay algunos alimentos que aunque por si solos no tienen el poder de engordar o de evitar el efecto rebote, sí pueden ayudarnos gracias a los resultados que tienen en nuestro organismo.
En Estética Victoria trabajamos con Nutricosmética oral, el aminoácido esencial L-triptofano, conocido por su papel regulador del bienestar emocional o el gluconato de zinc, un mineral muy usado para mejorar la salud de nuestro sistema inmune, ambos son muy beneficiosos.
Su ingesta logra el control de la ansiedad por la comida, evitando los picos de hambre. De este modo se facilita la pérdida de peso y proporciona una sensación de bienestar.
Y el segundo contribuye a lograr un efecto saciante, cuando queremos perder peso y que se mantenga en el tiempo, debemos averiguar cuáles han sido las causas que nos han llevado a ese sobrepeso, para una vez terminada la dieta, evitarlas. De no ser así recuperaremos el peso que hemos perdido.
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