Con el paso de los años, la piel pierde las sustancias para mantenerse joven y firme, como el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico. Es por ello que cada vez disminuye más la firmeza, el volumen y la elasticidad de manera generalizada, algunas zonas como los ojos se ven más afectadas.
En estos casos recomendamos realizar un tratamiento estético de ojeras, párpados o bolsas según diagnóstico.
Esta zona está caracterizada por la aparición de arrugas, líneas finas, ojeras, bolsas y flacidez. Ocurre porque la piel alrededor de los ojos es más fina que en el resto del cuerpo y pierde calidad de manera más rápida y visible. La pérdida de volumen y firmeza en los párpados y la decoloración de las ojeras proporcionan un aspecto cansado, modifica la mirada y suma años.
Por eso es necesario cuidar estas zonas con rutinas de belleza específicas y recurrir a un tratamiento estético de ojeras, párpados y/o bolsas. Otra de las zonas que más sufre disminución de la firmeza de la piel es el cuello. Esta zona, junto con el escote, es muy importante para mantener un aspecto joven. Cuando envejecemos, se vuelve cada vez más visible el descolgamiento. Ello conlleva arrugas y flacidez, que corregimos con tratamientos de rejuvenecimiento de cuello y escote.
Las afecciones más comunes en ojos, cuello y escote:
- Ojera marrón o violácea.
- Bolsas de grasa o líquidos.
- Arrugas posturales.
- Pérdida del ovalo facial del tercio inferior.
Nuestros tratamientos, que se determinan después de un diagnóstico exhaustivo, logran recuperar esa mirada joven y fresca que se va perdiendo con los años. Con ellos difuminamos las ojeras, y reafirmando el contorno de los ojos y el párpado, así como trabajando las bolsas de forma específica.
Al tratar en profundidad la piel, eliminamos el tono marrón, violeta o azulado que se puede producir bajo el ojo, devolviendo un aspecto saludable, trabajamos las bolsas y ojeras, consiguiendo de nuevo la intensidad y frescura de la mirada.
Los protocolos específicos para cuello y escote se basan en conseguir un estiramiento de la zona. Con ello devolvemos el aspecto firme y joven, y la reducción de la papada, para redefinir la forma del óvalo facial. Realizamos un diagnóstico previo que determinen las causas del problema estético y, después, llevamos a cabo el protocolo reafirmante que mejor se adapte a ti. Durante el mismo, trabajamos en la regeneración del colágeno, mejorando la calidad interna de la piel y consiguiendo mayor elasticidad y menos flacidez.
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